Barcelona está lejos de los tiempos de la hegemonía, cuando más allá de cualquier resultado se lo consideraba el mejor equipo del mundo. Al equipo catalán cuesta encontrarle grandes rendimientos y hay muchos que se le animan a jugarle de igual a igual. Pero si la delantera MSN (Messi-Suárez-Neymar) o algunos de sus componentes andan bien, difícil que los de Luis Enrique no ganen. Eso fue lo que pasó este domingo en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán, donde el Barsa le dio vuelta el partido a Sevilla y se impuso 2 a 1, con un rendimiento fundamental de Lionel Messi.

En el primer tiempo el Sevilla del argentino Jorge Sampaoli fue mejor, aunque sobre el final apareció el capitán de la Selección Argentina para con una jugada de su sello dejar el marcador igualado. En el segundo, los visitantes justificaron la victoria con un mejor andar y las jugadas más claras.

En el arranque el local golpeó primero con un tanto de Vitolo, que ya se había mostrado como el jugador más peligroso del local. Mano a mano ante la salida tardía del alemán Ter Stegen, definió a los 15 minutos con un toque suave para marcar el primer tanto.

Lionel Messi salió al rescate del equipo catalán y con toda su calidad tomó la pelota de zurda desde el borde del área para dejar totalmente fuera de acción al arquero local. Con esa igualdad se cerró un primer tiempo en el que el local mereció mejor suerte.

La primera del complemento fue para los dirigidos por Luis Enrique. A los ocho, Messi gambeteó a media defensa y a la salida del arquero Rico la mandó por arriba.

La segunda también fue del Barsa a los 16′, en el borde del área contraria la Pulga arrastró a dos rivales y cedió a la derecha del ataque para Suárez. El uruguayo quedó mano a mano con Rico y definió suave de derecha para inclinar el resultado a favor de los visitantes.

A los 28′ tuvo el empate el local cuando N’Zonzi se anticipó a una mala salida de Ter Stegen y cabeceó por encima del arquero: la pelota se fue al lado del palo. Pero Barcelona tuvo otras que justificaron la victoria, ya que no sólo controlaba el resultado sino el juego. Dos minutos después de esa, Rico se la tapó a Suárez. Después, Neymar se lo perdió sobre el final al tardar de más en la definición.

La perla de la noche fue el enojo de Messi tras recibir la amonestación del árbitro. Al argentino le sacaron el botín derecho de un pizotón, quiso ponérselo dentro del campo de juego y el juez entendió que estaba haciendo tiempo. Le mostró la amarilla y lo hizo salir del campo de juego para colocarse el calzado.